domingo, 30 de noviembre de 2014

TIPOS DE CÁMARAS



La cámara de caja y la cámara de fuelle son los tipos clásicos a partir de los cuales se han desarrollado muchos modelos; la cámara reflex monocular del tipo Hasselblad, predecesora del tipo Rolleiflex y las cámaras miniaturizadas, como la Minox, son algunas de las muestras que ofrece el mercado.

CÁMARA DE VISOR DIRECTO:
 son cámaras muy sencillas. Se ve el sujeto a través de un visor, su enmarcado ayuda a compensar cualquier error que se pudiera producir en el encuadre. Muchas de estas cámaras son de poco peso y de fácil manejo, pero estas no son apropiadas para primeros planos o para sujetos en movimiento, no deben utilizarse con poca luz y su objetivo no es intercambiable.
- Tamaños de película: 110, 126, 135, 120.

CÁMARA CON TELÉMETRO:
 es una cámara de visor directo, pero con mandos más avanzados que suelen incluir un exposímetro. El telémetro mide la distancia a la que se encuentra el sujeto para un mejor enfoque. El sistema de enfoque del objetivo funciona en combinación con el telémetro del visor, de forma que si se ve una imagen doble o rota en éste hay que girar el mando de enfoque hasta que ambas imágenes coincidan en una sola.
Son muy fáciles de manejar y suelen ofrecer una amplia gama de velocidades de obturación adecuadas para la mayoría de las condiciones de luz. Casi todas admiten películas de 35 mm. La mayoría poseen objetivos fijos, por lo que no sirven para primeros planos y la imagen del visor aunque nítida, es pequeña.
- Tamaños de película: 110, 135, 120, 220.

CÁMARA REFLEX DE UN SOLO OBJETIVO (SRL), 35 mm:
 ofrece el sistema de visor más eficaz. Un espejo, con una inclinación de 45º, detrás del objetivo, dirige la luz hacia arriba a una pantalla de enfoque, lo cual elimina los errores de encuadre. Estas cámaras tienen un gran surtido de accesorios. El obturador de plano focal, está incorporado al cuerpo de la cámara, permite cambiar el objetivo sin peligro de velar la película. Una reflex de un solo objetivo es de fácil enfoque, pero son más pesadas y más complejas que las de visor directo, suelen ser más costosas y delicadas.
- Tamaño de película: 135 (hay unas cámaras muy parecidas que llevan películas de 110).

CÁMARA CUADRADA REFLEX DE UN SOLO OBJETIVO:
 tienen los visores arriba, por lo que hay que colocarlas a la altura de la cintura, pero muchas admiten pentaprismas u otros visores. La mayoría producen negativos de 6 x 6 cm. Los modelos que producen los negativos rectangulares sólo se pueden utilizar para hacer fotos verticales si tienen pentaprisma.
El negativo al ser mayor, da una mejor calidad que el de 35 mm. Es más fácil ver el detalle en la pantalla del visor. La mayoría de los modelos tienen cartuchos o insertadores de películas intercambiables, lo que permite cargar la máquina muy de prisa. Algunas tienen el obturador incorporado en el objetivo y se sincronizan con el flash a cualquier velocidad.
- Tamaños de película: 6 x 6 cm, 6 x 7 cm, 4,5 x 6 cm, 70 mm de doble perforación.

jueves, 27 de noviembre de 2014

INSTALACIÓN DEL LABORATORIO

Para montar un laboratorio de revelado, lo mejor es una habitación vacía, obscurecida de forma permanente, con mesas y anaqueles de trabajo construidos al efecto. En un sitio como este puede dejarse todo el equipo, aún cuando no se esté utilizando. No obstante, muchas personas no tendrán más remedio que recurrir a una instalación más provisional, como la cocina o el cuarto de baño; como tras cada sesión habrá que retirar las cosas, será una ventaja considerable un equipo fácil de guardar.

LO IMPRESCINDIBLE
Para servir como laboratorio, la habitación elegida tiene que cumplir tres requisitos básicos:
  • Ser fácil de obscurecer perfectamente: hasta la luz capaz de colarse por el marco de la puerta basta para estropear el material.
  • Disponer de electricidad para la ampliadora, la luz de seguridad y, si se trata de un laboratorio definitivo, la esmaltadora y algunas otras cosas.
  • Buena ventilación: si se quiere poder utilizar durante varias horas seguidas, porque el bloqueo de la luz puede impedir la libre circulación del aire.
Algo recomendable, más no imprescindible, es agua corriente para lavar las películas y papeles y preparar los compuestos en el mismo laboratorio. Si no hay, se coloca el material en un cubo y se lava fuera.
Tanto si el laboratorio es permanente o provisional, debe separarse en dos zonas distintas:

LA PARTE SECA:
 para todas las actividades que no precisen agua ni compuestos, como la elección de negativos y la ampliación; la mesa instalada en esta zona debe ser firme, para que la ampliadora no se mueva. Cerca de esta hay que colocar un marginador, un reloj de ampliadora, plantillas para tapados, el archivador de negativos, papeles de positivar, tijeras y una cuchilla.
Sería bueno tener una lupa de enfoque (para examinar la imagen proyectada por la amplidora) y una cizalla. Si hay secadora de papel debe colocarse fuera de la zona seca, porque se manejaran en sus proximidades copias mojadas, y humedad; además, debe evitarse el contácto de las soluciones con el aparato.

LA PARTE HUMEDA:
 en esta zona se preparan las soluciones y se revela. Como en el revelado en blanco y negro incluye tres procesos (revelado de la imagen latente, interrupción del revelado y fijado de la imagen), las tres cubetas necesarias deben colocarse de forma que la última (con el fijador) quede junto al lavadero. La luz de seguridad se pone encima de la cubeta del revelado (también deben haber luces de seguridad de mesa).

sábado, 22 de noviembre de 2014

FOTOGRAFÍA CALLEJERA

FOTOLIBRO “LIMAFOTOLIBRE 2006 – 2012″
POSTALES LIMAFOTOLIBRE

PALABRAS
Floro LimaFotoLibreDesde diciembre del 2006, el colectivo LimaFotoLibre realiza constantemente un registro visual de la cotidianidad, en el momento donde no se esperaba, o cuando no se pensaba tomar una foto, generando al mismo tiempo un archivo gráfico, basado en la casualidad, espontaneidad y la mirada de cada integrante.
Desde la ciudad capital, desde sus calles, en el medio del caos de la rutina, LimaFotoLibre captura lo que suele pasar desapercibido y lo que suele ser visto como intrascendente en el día a día de cualquier ciudadano limeño.
Asimismo, utiliza a la ciudad de Lima como laboratorio visual para proyectos de experimentación multimedia y a su vez como espacio de exposición mediante intervenciones fotográficas.

lunes, 17 de noviembre de 2014

MARIO TESTINO

Mario Testino


Nacido en el seno de una familia de clase media de ascendencia ítalo-irlandesa, sus padres fueron Teresa Silva y Mario Testino. Estudió primaria en el Colegio Inmaculado Corazón y secundaria en el Colegio Santa María Marianistas. Ingresó a la Universidad del Pacífico para estudiar Economía, luego a la Pontificia Universidad Católica del Perú a estudiar Derecho, y posteriormente a la Universidad de San DiegoCalifornia, donde estudió Relaciones Internacionales.
En 1976 se mudó a LondresInglaterra, luego de ocupar un piso en Chelsea, alquiló una habitación en el abandonado Charing Cross Hospital. En esta ciudad es donde comenzó a aprender sobre fotografía. Su carrera en el mundo de la moda tuvo comienzos humildes: vendía portafolios a aspirantes a modelo por la suma de 25 libras esterlinas, incluyendo maquillaje y peluquería. En la actualidad goza de un gran éxito y su trabajo es reconocido a nivel mundial por sus audaces fotografías de moda e imaginativas campañas publicitarias.
En el 2012 fundó el Centro Cultural MATE en Barranco, Lima, dedicado a la profusión de la Fotografía.
En 2014 es condecorado por la Corona británica con la Orden del Imperio Británico por sus “aportes en la fotografía y el bien social”.

Libros

Mario Testino ha publicado varios libros con sus fotografías:
  • Any Objections?, 1998.
  • Front Row Back Stage, 1999.
  • Alive (con Gwyneth Paltrow), 2001.
  • Mario Testino: Portraits, 2002.
  • Kids, 2003.
  • Visionaire No. 46: Uncensored, 2005.
  • Let me in, 2007.
  • Lima, Perú (editor), 2007. Libro en tres idiomas.
  • Mario de Janeiro Testino, 2009.
  • Kate Moss by Mario Testino, Taschen, 2010.
  • In your face, 2012



    Vanity FairUrban Legends

lunes, 10 de noviembre de 2014

¡FOTÓGRAFO TODO TERRENO!

LA HISTORIA DE LAS FOTOS DE LOS SENDERISTAS, CONTADA POR SEBASTIAN CASTAÑEDA

Desde hace días, dos fotógrafos de diferentes medios de comunicación, han recibido duras críticas por las fotos realizadas a un grupo de senderistas en la selva del Perú. Muchos han puesto en duda el sorpresivo encuentro que ellos juntos a los redactores tuvieron, argumentando que fue una entrevista planeada y concertada.
Sebastian Castañeda fotógrafo del diario El Comercio nos cuenta su experiencia de ese día con los senderistas y hace una reflexión sobre lo que realmente molesta a los que están criticando su trabajo.
Sebastian Castañeda, fotógrafo del diario El Comercio, en la zona de Alto Lagunas
-  Algunos políticos, periodistas y sus mismos colegas, cuestionan mucho la manera como localizaron a los senderistas. ¿Cómo fue realmente el encuentro con ellos?
Nosotros fuimos a la zona de Inkari a registrar el retorno de los habitantes de la comunidad, quiénes habían huido al monte durante los enfrentamientos. Uno de ellos, el día anterior en el distrito de Kiteni nos comentó (El Comercio) que el helicóptero estaba en su parcela. Entonces fuimos con la idea de adentrarnos  en la selva para encontrar esa aeronave. Hora y media de caminata después, nos cruzamos con un sujeto que tenía un fusil AKM y una radio, nos preguntó quiénes éramos y qué hacíamos ahí, le comentamos que éramos periodistas y buscábamos el helicóptero caído, él se comunicó por radio y aparecieron dos hombres armados, nos invitaron a caminar unos minutos por la zona y aparecieron cuatro hombres más, tres de ellos armados. El que no portaba arma nos repreguntaba quiénes éramos. Hicimos lo usual, identificarnos con las credenciales. No sabíamos quién era, pero era obvio que tenía un rango más que los otros.
-  Se menciona que la Alcaldesa de La Convención, Fedia Castro, les dio facilidades para que se encuentren con los subversivos. ¿Esto es cierto?
Primera vez que escucho esto, ella ni siquiera estaba al tanto de lo que sucedió. La alcaldesa fue a la zona a recibir a los pobladores desplazados y a darles alimentos.
- ¿En el recorrido cómo llegan a encontrarse con los periodistas de Panamericana y La República?
Todos partimos juntos de Kiteni, con la idea de registrar el retorno de los habitantes de la comunidad quienes habían huido al monte durante los enfrentamientos, los demás medios como es obvio también estaban tratando de encontrar información que los conduzca al helicóptero caído.
- ¿Había evidencia de la presencia de policías en todo el recorrido hacía la zona del helicóptero al cual ustedes iban?
No, en el recorrido de Kiteni a Inkari no encontramos ninguna patrulla policial y menos militar. Ni de camino hacia el helicóptero tampoco nos cruzamos con militares o policías.

jueves, 6 de noviembre de 2014

MARTÍN CHAMBI: FOTOGRAFÍA INDÍGENA

Desde su estudio en Cusco, Martín Chambi no solo capturó su realidad: se convirtió en un genuino generador de cultura mucho más allá de la anécdota de ser el primer fotógrafo indígena de la historia.
Martín Chambi  registró durante media centuria la arquitectura peruana, su sociedad plurivalente, los paisajes andinos y la majestuosa ciudadela inca de Machu Picchu. Su pericia técnica aparejada a un profundo sentido estético le llevaron a crear algunas de las imágenes más importantes de la fotografía latinoamericana del siglo XX.
“Físicamente, un ejemplar autóctono, menudo, de pómulos salientes, de mentón vigoroso, de cabellos abundantes y lacios. Espiritualmente, un hombre culto de temperamento artístico, sencillo y cordial, con la sencillez de las magnas piedras incaicas y la cordialidad de los soleados campos andinos.”[1] Así describía José Uriel García al fotógrafo peruano Martín Chambi.

I. Primeros pasos fotográficos

Martín Jerónimo Chambi Jiménez nació en 1891 en Coaza, Provincia de Carabaya en el sureste peruano y al norte del célebre Lago Titicaca. Sus padres hablaban quechua y eran campesinos. Como la mayoría de los americanos originarios de los Andes centrales conformaban una familia trabajadora.
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Martín comenzó a trabajar en las minas de oro en Carabaya a edad temprana. La pobreza no era la única razón por la cual el adolescente formaba parte de las cuadrillas de trabajo en la Santo Domingo Mining Co., pues ya en el Tahuantinsuyu, todo mundo estaba obligado a prestar sumita, o fuerza de trabajo, a favor del estado regido por elSapa-Inca. Así es que hombres, mujeres y niños, según su capacidad, contribuían desde antiguo al bien común con su trabajo.
Martin_Chambi_oenf_8Hubo un hecho singular que transformó la vida de Martín Chambi: A los catorce años, en la mina se topó con la fotografía. Un ingeniero encargado de la documentación gráfica de los yacimientos  obtenía imágenes con un extraño y voluminoso artefacto. La cámara y el proceso fotográfico hechizaron al muchacho: eso era a lo que deseaba dedicarse para el resto de sus días.
Durante dos años recolectó pacientemente pepitas de oro que se depositaban debido a las lluvias en la boca de la mina y cuando tuvo un frasco lleno le pidió a su padre que le permitiera aprender fotografía; el oro serviría para pagar sus gastos como aprendiz.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Fotografía en Perú


La era del daguerrotipo (1842-1859) 
En mayo de 1842, la llegada de Maximiliano Danti a Lima señala el inicio de la práctica comercial del invento de Daguerre en América del Sur. Este procedimiento consistía en fijar la imagen directamente sobre una plancha de cobre cubierta con una fina capa de plata sensible a la luz. Se producía así un tipo de representación que lograba captar minuciosamente todo detalle sobre su soporte pulido, y creaba la ilusión de una vista reflejada en un espejo. Por su alto costo y por ser imágenes únicas, en la era del daguerrotipo se desarrollaron pocos estudios estables. Se sabe aún poco acerca del desarrollo del género en provincias, aunque ya en 1845 el peruano Jacinto Pedevilla lo llevó al Cusco.

La revolución de la copia múltiple (1859-1861) 
A diez años de la introducción del daguerrotipo, Lima empezaba a experimentar lentamente el paso revolucionario hacia la fotografía en papel. La placa húmeda, como también era conocido el negativo de colodión, fue generalmente utilizada junto con la técnica de impresión en papel albuminado, que daba como resultado una imagen más nítida y de mayor contraste. El desarrollo de esta técnica, que permitía obtener un número infinito de copias, coincide con el inicio de una etapa dominada por grandes estudios a cargo de fotógrafos empresarios, principalmente franceses y norteamericanos. Precisamente entre 1859 y 1861 se abrieron en Lima los nuevos locales de Benjamín Franklin Pease, Emilio Garreaud y Eugenio Maunoury. Este último llegaría a ser luego, bajo la administración de los hermanos Courret, el negocio fotográfico más acreditado del XIX y permanecería activo hasta el siglo XX.

La era de la tarjeta de visita 
El auge de los estudios recibió un impulso decisivo al difundirse el formato de la tarjeta de visita, surgida en el famoso estudio parisino de Disdéri. Debido a su bajo costo y a la enorme popularidad que alcanzó rápidamente en todo el mundo, ninguna otra modalidad encarnaría con igual fuerza la democratización del retrato fotográfico y su estandarización a nivel internacional. En 1859, el fotógrafo francés Felix Carbillet introdujo en Lima la tarjeta de visita. Progresivamente, la fotografía hecha en este formato, reunida por lo general en álbumes, invadiría todos los ámbitos de la vida pública y privada como objeto de colección e intercambio que ofrecía imágenes de la ciudad, tipos populares, caricaturas y representaciones políticas.

La fotografía en la representación del país 
En pocos años, Lima llegó a constituirse en la capital más importante para el mercado fotográfico en América del Sur. La primacía limeña también se dio en el terreno simbólico y la imagen de la capital se impuso para consolidar el creciente centralismo del país. El resto del territorio peruano fue visto como un paisaje en proceso de ser conquistado por la modernidad a través de las grandes obras de ingeniería, el trazo de las líneas férreas o la explotación de yacimientos minerales y guaneros. Estas imágenes se vieron complementadas con otras, que describían tipos y trajes tradicionales, como la tapada, para evocar con nostalgia usos y costumbres en proceso de desaparición, al tiempo que afirmaban una identidad criolla basada en el legado colonial. El desarrollo de la tarjeta postal y de la prensa ilustrada a partir del cambio de siglo aportaría una nueva veta a los fotógrafos. Las vistas del Perú realizadas por Fernando Garreaud entre 1898 y 1900, así como el auge de la tarjeta postal por esos mismos años, contribuyeron a la reproducción masiva de vistas de monumentos, tipos indígenas y sitios arqueológicos de todo el Perú. Miguel Chani, Luis D. Gismondi y Max T. Vargas siguieron la pauta iniciada por Garreaud y abrieron un nuevo camino para la fotografía: la reproducción comercial de imágenes del país que contribuyó a definir la imagen moderna del Perú y que se mantiene vigente, en muchos sentidos, hasta nuestros días.

La fotografía desde las provincias 
En la década de 1890, la reconstrucción nacional propició la apertura de nuevos estudios que marcarían un resurgimiento de la actividad fotográfica, esta vez enriquecida por el aporte de las provincias. A principios del siglo XX, los estudios surgidos en Arequipa, Cajamarca, Cerro de Pasco, Cusco, Iquitos, Trujillo y Piura, entre otras ciudades, irán construyendo una tradición fotográfica propia. Fotógrafos humildes como Sebastián Rodríguez en Morococha, aportarían una mirada decisiva a esferas sociales antes ausentes, mientras establecimientos elegantes, como el de los hermanos Carlos y Miguel Vargas en Arequipa, darían un nuevo impulso al trabajo de estudio y a la concepción de la fotografía como una de las bellas artes. En el Cusco, surgió en torno de los estudios de Martín Chambi y José Gabriel Gonzales toda una generación de profesionales que enriquecería notablemente la actividad fotográfica en el sur andino. Este panorama incluye a fotógrafos cultos como Juan Manuel Figueroa Aznar, a estudios más modestos como los de los de Crisanto Cabrera y Avelino Ochoa. En el sur andino, el estudio establecido por Max T. Vargas en Arequipa a inicios de siglo XX ejerció una poderosa influencia en la formación de toda una generación de fotógrafos, figuras destacadas como Martín Chambi, Enrique Masías y los hermanos Vargas. Su estudio se convirtió en el centro de difusión del pictorialismo, un movimiento internacional que buscaba dotar de un estatuto artístico a la fotografía y que arraigó tempranamente en provincias. La fotografía, en efecto, llegó a convertirse en la principal alternativa para el desarrollo de vocaciones artísticas en los centros provincianos, que carecían de espacios institucionales para las artes plásticas.

Martín Chambi 
El fotógrafo puneño Martín Chambi (Coasa, Puno 1891- Cusco 1973) es sin duda la figura dominante de la fotografía peruana de la primera mitad de siglo XX. Establecido tempranamente en el Cusco, Chambi se vinculó con algunas de las figuras más destacadas del indigenismo cusqueño. A diferencia del movimiento limeño, que centró su atención en el indio y el folklore contemporáneos, el Cusco generó una mirada historicista y arqueológica, que afirmaba una reivindicación regionalista. El interés por la cultura regional lo llevó a emprender un extenso trabajo documental, que abarcó el registro de la etnografía, los monumentos coloniales y los sitios arqueológicos del sur andino. Además de mantener un exitoso estudio comercial, Chambi cultivó una veta artística diferenciada, que le mereció un importante reconocimiento en vida.